Castillo de Miravet

El Castillo de Miravet, centinela incansable del Ebro construido por los caballeros templarios hace casi mil años, se alza majestuoso sobre la escarpada colina que corona esta población de la Ribera d’Ebre. Visitarlo nos transportará de lleno en la Edad Media, en la época de las luchas entre moros y cristianos por el control del sur de Cataluña. Una vez finalizada la reconquista, la Orden del Temple se encargó de controlar la zona, allanando el camino para las repoblaciones y fundando la mayor parte de los pueblos y ciudades que rodean la vasta área que va desde Miravet hasta las montañas de los Ports. Su huella se puede seguir en todas y cada una de estas poblaciones. Si visitamos el castillo comprenderemos la importancia del lugar a lo largo de la historia (incluso hasta la reciente Guerra Civil y la Batalla del Ebro) no sólo por sus dimensiones extraordinarias, sino también por la panorámica que se despliega ante nuestros ojos, con el río Ebro y las fértiles tierras de su valle como protagonistas. Miravet, además, tiene un casco antiguo o “Cap de la Vila” de callejuelas intrincadas y una tradición de alfarería artesana milenaria. Recomendable llegar a la población por el “Pas de Barca”.