Corbera, situada a los pies de la sierra de Cavalls, tiene una historia que contar a todos los que la visiten. En realidad es una historia de historias, marcadas por la sangrienta Batalla del Ebro. Su pueblo viejo quedó totalmente destruido durante el verano de 1938 debido a los combates y bombardeos que se produjeron allí. Poco a poco los habitantes de Corbera, tras la amarga batalla, fueron reconstruyendo la ciudad, dejando los escombros como testimonio del horror. La iglesia de Sant Pere corona el cerro de la Muntera y es su edificio más emblemático, símbolo silencioso del que nunca se debe repetir. Hay trincheras como la Cota 402, refugios y cuevas escondidas por el término municipal, además del Centro de Interpretación 115 días, que permite conocer de primera mano este trágico episodio.